Felipe Córdoba, la alternativa que gana terreno en medio de la crisis política

En tiempos de incertidumbre, descontento social e inseguridad institucional, Felipe Córdoba Larrarte se abre paso como una alternativa política sólida de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Su inscripción como precandidato del Partido Conservador, bajo el lema “Volvamos a confiar”, no es un hecho menor: llega acompañada del respaldo mayoritario de la bancada azul en el Congreso, un mensaje claro de cohesión y expectativa de cambio.

El ascenso de Córdoba se produce en un contexto marcado por el desgaste del actual modelo de gobierno y el temor de amplios sectores ciudadanos frente a una eventual continuidad del petrismo. En ese escenario, su figura adquiere relevancia como contrapeso ideológico, con una propuesta que reivindica el orden, la autoridad, la institucionalidad y el Estado de derecho.

Joven, preparado y con autoridad moral, Felipe Córdoba representa una ruptura generacional auténtica, distante de los vicios, mañas y prácticas que han debilitado la confianza en la política tradicional. Su liderazgo no se basa en odios ni discursos reciclados, sino en una visión clara de país, anclada en los valores fundantes de la democracia colombiana.

Mientras el Directorio Nacional define el mecanismo para la elección del candidato único, el respaldo que hoy rodea a Córdoba Larrarte confirma que su nombre ya es central en la conversación política nacional. Su perfil técnico, su visibilidad y su claridad ideológica lo posicionan como un referente de la centro-derecha sin disfraces, frente a un modelo político que muchos ciudadanos consideran agotado.

Felipe Córdoba canaliza el sentir de una generación que reclama mérito, trabajo, carácter y nación; que desconfía de los paraísos ficticios y exige soluciones reales. Su irrupción no solo redefine el futuro del Partido Conservador, sino que lo proyecta como uno de los protagonistas indiscutibles del escenario electoral de 2026.